LA BARONESA LIBRERIA

Mil botellas acaba de reeditar La flor de hierro, una obra emblemática de la escritora jujeña Libertad Demitrópulos, publicada en 1978. “Se trata de una novela corta y compleja, con una búsqueda claramente poética, con una estética muy clara y una prosa desbordante”, explica Ramón Tarruella, responsable de la editorial platense.


La novela se desplaza en dos tiempos históricos, desafiando la linealidad cronológica. Por un lado, los pasos conquistadores de Gaspar de Medina en una tierra nueva para los españoles. La otra, es un presente que puede intuirse en los años setenta del siglo XX, en un Tucumán tan árido como desesperanzado. La sed, el despojo, la carencia unen esos dos tiempos, hilvanados por la sinuosa poética de Demitrópulos.


“Siempre se menciona tres novelas que hablan del tiempo de la colonia y que son El entenado de Juan José Saer, Zama de Antonio Di Benedetto y ésta de Libertad Demitrópulos, que acabamos de reeditar. Podemos agregar la enorme novela “Sota de Bastos, Caballo de Espadas”, de Héctor Tizón, que también está ambientada en ese tiempo, un tanto esquivo dentro de la literatura”, subraya Tarruella.



“Es muy interesante pensar hoy en esa zona de Tucumán y Santiago del Estero, donde se desarrolla la historia de la novela, que entonces era una de las zonas más ricas, por ser parte del viejo camino real que llevaba a Potosí y donde estaban asentados familias con mucho dinero y que actualmente es una de las regiones más pobres del país. A través de saltos temporales, Libertad Demitrópulos, pone de manifiesto esa situación”, aclara. En ese sentido, asegura Tarruella: “El agua y la sequía, es lo que une los dos tiempos de la novela, dos situaciones absolutamente contemporáneas”.


“La autora va al tiempo de la colonia, no simplemente para exponer una construcción histórica, sino para dar cuenta de las ambiciones de los conquistadores, y en esa búsqueda española india, con una mirada yupanquiana, de espalda de Buenos Aires, pone a dialogar los personajes y da cuenta de ese espacio geográfico”, expresa en diálogo con Cacodelphia.


Libertad Demitrópulos nació el 21 de agosto de 1922, en Ledesma, provincia de Jujuy. Allí se internó para monja en la Iglesia Ortodoxa Griega, siguiendo un mandato familiar, pero a los 18 años abandonó los hábitos para ejercer como maestra de escuela. A inicios de la década del cuarenta viajó a Buenos Aires para estudiar Letras, donde se asentó y comenzó su carrera literaria y su militancia peronista. En Salta, el poeta Manuel Castilla, le presentó a otro poeta, Joaquín Gianuzzi con quien se casó en 1951. Ese mismo año publicó su único libro de poemas: Muerte, animal y perfume. En 1967 publicó Los comensales, su primera novela, y en 1978 La flor de hierro. Fue con su tercera novela, Río de las congojas, de 1981, que consiguió cierta notoriedad, su libro más leído y por el que ganó el Premio Boris Vian en 1997. Sus otras dos novelas fueron Sabotaje en el álbum familiar (1984) y Un piano en Bahía desolación (1994). Murió el 19 de julio de 1998, en Buenos Aires. La reedición de Río de las congojas, en 2014, en la colección que dirigía Ricardo Piglia para el Fondo de Cultura Económica permitió valorar su obra en las nuevas generaciones. En el año 2013 se publicó La mamacoa, una novela inédita. La flor de hierro nunca se había reeditado.



La flor de hierro, Libertad Demitropulos

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Mil botellas acaba de reeditar La flor de hierro, una obra emblemática de la escritora jujeña Libertad Demitrópulos, publicada en 1978. “Se trata de una novela corta y compleja, con una búsqueda claramente poética, con una estética muy clara y una prosa desbordante”, explica Ramón Tarruella, responsable de la editorial platense.


La novela se desplaza en dos tiempos históricos, desafiando la linealidad cronológica. Por un lado, los pasos conquistadores de Gaspar de Medina en una tierra nueva para los españoles. La otra, es un presente que puede intuirse en los años setenta del siglo XX, en un Tucumán tan árido como desesperanzado. La sed, el despojo, la carencia unen esos dos tiempos, hilvanados por la sinuosa poética de Demitrópulos.


“Siempre se menciona tres novelas que hablan del tiempo de la colonia y que son El entenado de Juan José Saer, Zama de Antonio Di Benedetto y ésta de Libertad Demitrópulos, que acabamos de reeditar. Podemos agregar la enorme novela “Sota de Bastos, Caballo de Espadas”, de Héctor Tizón, que también está ambientada en ese tiempo, un tanto esquivo dentro de la literatura”, subraya Tarruella.



“Es muy interesante pensar hoy en esa zona de Tucumán y Santiago del Estero, donde se desarrolla la historia de la novela, que entonces era una de las zonas más ricas, por ser parte del viejo camino real que llevaba a Potosí y donde estaban asentados familias con mucho dinero y que actualmente es una de las regiones más pobres del país. A través de saltos temporales, Libertad Demitrópulos, pone de manifiesto esa situación”, aclara. En ese sentido, asegura Tarruella: “El agua y la sequía, es lo que une los dos tiempos de la novela, dos situaciones absolutamente contemporáneas”.


“La autora va al tiempo de la colonia, no simplemente para exponer una construcción histórica, sino para dar cuenta de las ambiciones de los conquistadores, y en esa búsqueda española india, con una mirada yupanquiana, de espalda de Buenos Aires, pone a dialogar los personajes y da cuenta de ese espacio geográfico”, expresa en diálogo con Cacodelphia.


Libertad Demitrópulos nació el 21 de agosto de 1922, en Ledesma, provincia de Jujuy. Allí se internó para monja en la Iglesia Ortodoxa Griega, siguiendo un mandato familiar, pero a los 18 años abandonó los hábitos para ejercer como maestra de escuela. A inicios de la década del cuarenta viajó a Buenos Aires para estudiar Letras, donde se asentó y comenzó su carrera literaria y su militancia peronista. En Salta, el poeta Manuel Castilla, le presentó a otro poeta, Joaquín Gianuzzi con quien se casó en 1951. Ese mismo año publicó su único libro de poemas: Muerte, animal y perfume. En 1967 publicó Los comensales, su primera novela, y en 1978 La flor de hierro. Fue con su tercera novela, Río de las congojas, de 1981, que consiguió cierta notoriedad, su libro más leído y por el que ganó el Premio Boris Vian en 1997. Sus otras dos novelas fueron Sabotaje en el álbum familiar (1984) y Un piano en Bahía desolación (1994). Murió el 19 de julio de 1998, en Buenos Aires. La reedición de Río de las congojas, en 2014, en la colección que dirigía Ricardo Piglia para el Fondo de Cultura Económica permitió valorar su obra en las nuevas generaciones. En el año 2013 se publicó La mamacoa, una novela inédita. La flor de hierro nunca se había reeditado.



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