LA BARONESA LIBRERIA
“En los límites del cementerio, junto al muro que queda cerca del mar, hay cinco mujeres altas, hermosas. Las cámaras no las toman. Una de ellas tiembla como si tuviera frío, pero, por lo demás, están muy quietas”. Hay algo hipnótico en la escritura de Mariana Enríquez. Sus textos están plagados de una oscuridad sensual. En Este es el Mar, editado por Literatura Random House, Enríquez retoma la figura cliché de las groupies del rock para transformarlas en algo más: las corre del aspecto patético e inocente y crea un mundo fantástico donde hay seres femeninos -ni diosas ni demonios, sólo seres- que sobreviven gracias a la idolatría de ciertos músicos y músicas. Su rol es, ante todo, transformar a esas personalidades en “Leyendas”.
Enríquez cuenta la historia de Helena. Comienza cuando el personaje hace un sacrificio humano para dejar el Enjambre: una especie de conjunto de hadas oscuras que trabajan en conjunto para realzar la figura de las estrellas de rock. Pronto se une a las Luminosas, un grupo de criaturas que lograron convertir en “Estrella” a músicos como John Lennon o Kurt Cobain. El propósito de “hacer Leyenda” consiste en asesinar en el punto más álgido de la carrera de un rockstar. La víctima en este caso es James Evans, el cantante de Fallen.
Las Luminosas se alimentan del amor y la idolatría hacia una imagen idealizada, como lo es la estrella de rock. Se encargan de aumentar la histeria y devoción de lxs fans en torno a esa figura: desde conseguir autógrafos hasta fotos exclusivas, pases VIP al recital, entre otros.
El mundo fantástico que construye Enríquez introduce elementos mitológicos, desde la diosa madre Hécate hasta las oscuras Imago, quienes “enloquecen y torturan a quienes persiguen en la tiniebla”. La combinación de elementos mitológicos, una prosa realista, cargada de humor negro y erotismo, demuestran la habilidad de Enríquez para manejar con fluidez el punto de encuentro entre lo oscuro y lo cotidiano.
“En los límites del cementerio, junto al muro que queda cerca del mar, hay cinco mujeres altas, hermosas. Las cámaras no las toman. Una de ellas tiembla como si tuviera frío, pero, por lo demás, están muy quietas”. Hay algo hipnótico en la escritura de Mariana Enríquez. Sus textos están plagados de una oscuridad sensual. En Este es el Mar, editado por Literatura Random House, Enríquez retoma la figura cliché de las groupies del rock para transformarlas en algo más: las corre del aspecto patético e inocente y crea un mundo fantástico donde hay seres femeninos -ni diosas ni demonios, sólo seres- que sobreviven gracias a la idolatría de ciertos músicos y músicas. Su rol es, ante todo, transformar a esas personalidades en “Leyendas”.
Enríquez cuenta la historia de Helena. Comienza cuando el personaje hace un sacrificio humano para dejar el Enjambre: una especie de conjunto de hadas oscuras que trabajan en conjunto para realzar la figura de las estrellas de rock. Pronto se une a las Luminosas, un grupo de criaturas que lograron convertir en “Estrella” a músicos como John Lennon o Kurt Cobain. El propósito de “hacer Leyenda” consiste en asesinar en el punto más álgido de la carrera de un rockstar. La víctima en este caso es James Evans, el cantante de Fallen.
Las Luminosas se alimentan del amor y la idolatría hacia una imagen idealizada, como lo es la estrella de rock. Se encargan de aumentar la histeria y devoción de lxs fans en torno a esa figura: desde conseguir autógrafos hasta fotos exclusivas, pases VIP al recital, entre otros.
El mundo fantástico que construye Enríquez introduce elementos mitológicos, desde la diosa madre Hécate hasta las oscuras Imago, quienes “enloquecen y torturan a quienes persiguen en la tiniebla”. La combinación de elementos mitológicos, una prosa realista, cargada de humor negro y erotismo, demuestran la habilidad de Enríquez para manejar con fluidez el punto de encuentro entre lo oscuro y lo cotidiano.