LA BARONESA LIBRERIA
Eva Mondino es una sobreviviente del campo de La Ribera, uno de los principales centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia de Córdoba durante la última dictadura militar. Alguien, no sabemos quién, encarga un informe exhaustivo sobre su vida. Ese informe es esta novela. La mujer en cuestión, de María Teresa Andruetto, despliega, ante todo, una notable destreza narrativa. Para llevar adelante su investigación, el narrador ha entrevistado a más de treinta personas. El informe es un género que exige objetividad e imparcialidad, y el informante aquí es, además, puntilloso y obsesivo: con la minuciosidad de un burócrata, cada dato obtenido es presentado como cita y registrada su fuente y, al mismo tiempo, se considera necesario intercalar numerosas notas aclaratorias. Entre paréntesis y comillas, Andruetto construye un extraño y laberíntico objeto verbal con fragmentos de múltiples voces contradictorias, donde la historia de un sujeto no es una línea sino una red que lo captura, como si la forma replicara el cautiverio de su protagonista. El narrador habla de sí en tercera persona (“el informante”, “quien redacta este informe”) y ella es, reiteradamente, “la mujer en cuestión”; sin embargo, es posible percibir desde el comienzo cómo se filtra la subjetividad del que escribe: Eva está fuera de la norma, es un poco excesiva, su altura supera el promedio y su peso está por encima del ideal. Sobrevivir sería, en primer lugar, un exceso.
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Este libro ha sido resucitado. Creemos que un libro vive en la re-lectura, en el ir y venir entre lectorxs y que cuando las marcas de otrxs lectorxs aparecen en las páginas es como si se entablara una conversación.
Eva Mondino es una sobreviviente del campo de La Ribera, uno de los principales centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia de Córdoba durante la última dictadura militar. Alguien, no sabemos quién, encarga un informe exhaustivo sobre su vida. Ese informe es esta novela. La mujer en cuestión, de María Teresa Andruetto, despliega, ante todo, una notable destreza narrativa. Para llevar adelante su investigación, el narrador ha entrevistado a más de treinta personas. El informe es un género que exige objetividad e imparcialidad, y el informante aquí es, además, puntilloso y obsesivo: con la minuciosidad de un burócrata, cada dato obtenido es presentado como cita y registrada su fuente y, al mismo tiempo, se considera necesario intercalar numerosas notas aclaratorias. Entre paréntesis y comillas, Andruetto construye un extraño y laberíntico objeto verbal con fragmentos de múltiples voces contradictorias, donde la historia de un sujeto no es una línea sino una red que lo captura, como si la forma replicara el cautiverio de su protagonista. El narrador habla de sí en tercera persona (“el informante”, “quien redacta este informe”) y ella es, reiteradamente, “la mujer en cuestión”; sin embargo, es posible percibir desde el comienzo cómo se filtra la subjetividad del que escribe: Eva está fuera de la norma, es un poco excesiva, su altura supera el promedio y su peso está por encima del ideal. Sobrevivir sería, en primer lugar, un exceso.
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Este libro ha sido resucitado. Creemos que un libro vive en la re-lectura, en el ir y venir entre lectorxs y que cuando las marcas de otrxs lectorxs aparecen en las páginas es como si se entablara una conversación.