LA BARONESA LIBRERIA
La nueva novela de la brasilera Ana Paula Maia llega a Eterna Cadencia Editora, desplegando una vez más, como ya lo hizo en De ganados y de hombres con el mundo de los mataderos y los aturdidores, esa maestría para retratar el submundo de las sociedades contemporáneas. Así en la tierra como debajo de la tierra • Con una escritura dura como la cotidianidad de sus personajes y su estilo franco, potente y despiadado, Ana Paula Maia revela la humanidad allí donde solo parece haber brutalidad y crueldad, desplegando una vez más, como ya lo hizo en De ganados y de hombres con el mundo de los mataderos y los aturdidores, esa maestría para retratar el submundo de las sociedades contemporáneas. Una colonia penal en vías de desactivación, emplazada en un terreno con un pasado de asesinatos y tortura de esclavos, construida para ser un modelo de detención, se convierte en campo de exterminio. Melquíades, director y autoridad máxima del lugar, caza a los reclusos como si fueran animales solo por satisfacción personal. La cárcel pronto se transforma en una arena donde los presos, cada uno con su propia historia de violencia -todos han sido condenados por crímenes graves-, no hacen más que planear la propia fuga, sin saber si van a acabar muertos por los guardias o por lo que los espera del lado de afuera de la colonia.
La nueva novela de la brasilera Ana Paula Maia llega a Eterna Cadencia Editora, desplegando una vez más, como ya lo hizo en De ganados y de hombres con el mundo de los mataderos y los aturdidores, esa maestría para retratar el submundo de las sociedades contemporáneas. Así en la tierra como debajo de la tierra • Con una escritura dura como la cotidianidad de sus personajes y su estilo franco, potente y despiadado, Ana Paula Maia revela la humanidad allí donde solo parece haber brutalidad y crueldad, desplegando una vez más, como ya lo hizo en De ganados y de hombres con el mundo de los mataderos y los aturdidores, esa maestría para retratar el submundo de las sociedades contemporáneas. Una colonia penal en vías de desactivación, emplazada en un terreno con un pasado de asesinatos y tortura de esclavos, construida para ser un modelo de detención, se convierte en campo de exterminio. Melquíades, director y autoridad máxima del lugar, caza a los reclusos como si fueran animales solo por satisfacción personal. La cárcel pronto se transforma en una arena donde los presos, cada uno con su propia historia de violencia -todos han sido condenados por crímenes graves-, no hacen más que planear la propia fuga, sin saber si van a acabar muertos por los guardias o por lo que los espera del lado de afuera de la colonia.